NO SE RINDEN

Mientras pensaba en como escribir este texto y escuchaba a Peter Gabriel me llegó la voz de Kate Bush y Don’t Give Up, No te rindas o no te des por vencido. Es curioso el juego de la canción: una mujer consolando y diciéndole a un hombre no te rindas, no estás solo, no estás derrotado, hay un lugar al que perteneces. El rol asignado a las mujeres: el consuelo, la ternura, la espera, el refugio. Entonces, recordé lo que un amigo me dijo en los años de la Dictadura: “que tanto la CNI como Investigaciones (PDI) tenían ordenes de disparar a matar a las mujeres, porque Ellas NO SE RINDEN”.

El argumento tras esta premisa, cierta o no, es que las mujeres pelean. Aunque sepan que está todo perdido, Ellas siguen peleando, no se rinden… Ni que decir si son más de cinco mil años luchando y resistiendo al patriarcado. Y tres siglos de luchas bajo la bandera del feminismo. Las mujeres No se han rendido.

Y aquí estamos en vísperas de un nuevo Día Internacional de la Mujer, de La Huelga General Feminista. Que nos unirá de continente a continente, de lucha a lucha, de dolor a dolor, de alegría a alegría, hermanándolos bajo una misma bandera, la del Feminismo. Esa práctica política de transformación social, que nos lleva a luchar y, como decía Ángela Davis, a “cambiar aquello que no podemos aceptar”.

Sí, somos hijas de una construcción socio cultural que no nos alberga ni se sostiene. También del rigor, la resistencia, la lucha por nuestros derechos; nuestras reivindicaciones sexuales, corporales, laborales, ambientales, de paridad; por no más violencia machista, por dignidad. Luchas y derechos que son de todas y todos.

Pero, como gritan nuestras hermanas argentinas, también “somos hijas de la Juana (Azurduy) y de las hermanas Mirabal…”. De Gabriela y Violeta, de Eloísa y Elena, de Anuqueupu y Herminia, de Belén y … de todas aquellas que No se rindieron.

Es cierto que muchas jamás lucharon y demasiadas se quedaron en el camino. También,  quebraron a unas cuantas y a otras el dolor o la pena las consumió. Lo importante es que estuvieron.

No se rindieron las anarquistas, las obreras que exigían salarios y jornadas de trabajo justas, las sufragistas, las que exigían educación para todas y todos. No se rinden las que exigen: “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto seguro para no morir”; “Ni uma menos”; o “Vivas nos queremos”.

La lucha de las mujeres no ha terminado. Es más, se ha intensificado. Como la misoginia, la violencia machista y el desamparo institucional. Tenemos un Ministerio de la Mujer y de la Equidad de Género, pero nuestras leyes son patriarcales y del siglo XIX y XX. Tuvimos una presidenta, pero el actual mandatario piensa que las violaciones son consentidas: “ Porque una mujer cuando dice No, está queriendo decir sí”; y que hay niveles de violación y de acuerdo a eso se debe legislar.

La lucha de las mujeres se da día a día. Comienza temprano, con el trabajo de todos los días. En la casa, en el barrio, cuando camina por las calles. En cada una de sus actividades. En sus comunidades y territorios. Es generosa porque acoge a todas y a todos. Consuela y da ternura, también es fuerza, coraje y resistencia

Por una buena vida, son ellas, quienes están encabezando la resistencia a la depredación y la destrucción de las comunidades y los territorios y las están asesinando.

Nos quedamos con tus palabras, Berta, y ten la certeza de que las replicaremos. Con la suavidad y entereza de Ramona. Con los silencios de Berta y Nicolasa. Con tu sonrisa y tu newen Macarena….

Porque no se rindieron ni se rinden!!

MODATIMA MUJERES

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